Supongamos
Supongamos que alguno de nosotros decidiera crear un ser inteligente y conciente, Supongamos que supiéramos cómo hacerlo y que quisiéramos hacerlo de la mejor manera, o, al menos de la mejor manera dentro de lo que somos capaces...
Si el ser que querríamos crear va a ser Conciente e Inteligente, entonces le tendríamos que permitir la mayor libertad posible, al menos de pensamiento, de lo contrario estaríamos creando un autómata estúpido más. Algo que por muy ingeniosa que sea su conducta terminara siempre por agotar las variantes producidas por la teoría combinatoria. Un ser Conciente e Inteligente necesita libertad para desarrollarse. Libertad en su pleno sentido, y no apenas la "libertad de obedecer" a cambio de un premio o de revelarse a cambio de un castigo. Eso no sería libertad sino chantaje.
Los circuitos neuronales, o sus equivalentes, deberían ser no deterministas. Impredecibles, a priori, y tan sensibles que bastase con un cuanto de energía para alterar su estado. Verdaderos receptores, o antenas si se quiere, aunque también podrían ser comparados con teclados de millones de teclas, donde el Misterio pueda digitar sus complejísimas improvisaciones