¿Y si la verdad fuera un disparate...?
Y si la verdad fuera un disparate?
Algo
obvio, o peor que eso, un pequeño conjunto de ideas boludas, de esas que ya de
niños suponíamos descartables. Una mamarrachezca colección de reglas
interpretativas y a la vez normativas de la conducta. Del tipo: lo caliente
quema, no metas el dedo en el fuego, pero aplicable a todo el Universo.
Que
todo el Universo fuera explicable como la creación individual de un viejo barbudo sentado en una nube..., bueno...
después de haberlas creado. Porque sí no más, de puro antojo, tal vez aburrido
de tanto existir sabiéndose único... Claro, primero habría inventado algunos
conceptos conque pensar… los números… el tiempo y algún especie de sortilegio
intelectual que le fuera numerando los ratos y los ratitos. No le habría dado
trabajo concebir una unidad de tiempo que fuera ni demasiado larga ni demasiado
corta. Adecuada, bah.... El tipo era omnipotente! De modo que habrá zafado de
la dificultad decidiendo, no más, que el minuto, por ejemplo, iba a tener esa
duración que tiene. No porque ya hubiese inventado el minuto, sino porque
estaba en eso de inventarlo y largarlo a correr dentro mismo de su propia
existencia.
Pero
le habrá parecido insuficiente, seguro. Después de pasarse un tiempo
entretenido en sentir cómo el tiempo pasa… seguro que se sintió de ese modo que
llamó aburrido.
Así
que inventó el espacio. Así, no más, sin fórmulas ni aceleradores de
partículas.
El
espacio con todas sus características como podemos ver ahora mismo. El espacio.
Una especie de cosa que permite que se pongan otras adentro. Como por ejemplo
eso que pudo llamar objetos, pequeños
trozos del mismo espacio llenos con otra cosa que era preciso inventar
ahora.¡La materia!.¡Ahí va! La materia, cosa que para que fuera útil, era
necesario dotarla de variadas características, que hicieran posible que con
ella se pudieran hacer diversos objetos,
útiles para diversas tareas. Tarea, iba a ser la palabra que designara
cualquier conjunto de acciones coherentes. “Palabra” a cada unidad de
pensamiento lineal. Y “pensamiento”, a su propia naturaleza. Pero la acción fue
condicionada a la disponibilidad de otro concepto. “la energía” que no
comenzaba siendo distinta a su propia voluntad, pero que como manifestación de ella
misma se podría separar y depositar en otros objetos, o espacios o materias,
debidamente dosificada como para que el conjunto no estallara en cualquier
momento sino cuando las reglas del juego lo determinara. Por otra parte a la Energía…
bueno la hubo de instaurar como el papel moneda sobre el que girarían las
acciones de todo el tablero. El espacio, el tiempo, las acciones… en última
instancia serían traducibles y expresables en términos de energía.
Bueno,
la cuestión de las temperaturas y todo lo referente a la relación entre las
partes pasémoslo medio por alto. El mundo ya estaba funcionando y con toda la
cuerda dada...
Hasta
aquí no hay demasiados problemas, total... Es como pensar que el vacío
inestable estalla desparramando tiempo y espacio al pasar. Que se llamé Big
Bang. Yhavé, o Cronos, es lo de menos.
El
peligro es que después de inventado el mundo el tipo se quede otra vez sin
saber que hacer y empiece a divagar metiendo la cuchara, o los dedos dentro del
prodigioso mecanismo de relojería que acaba de poner en funcionamiento.
Que
se le ocurra mandar a una parte de sí mismo, transformada en hombre, dentro del
vientre de una mujer Virgen, por ejemplo...
O
todavía peor. Que se le ocurra desear que las criaturas del Universo le rindan
esa clase de sentimiento que se llamaría “adoración” y consistiera
en transformarse en serviles aduladores en su presencia, o ante cualquiera
de sus símbolos.
¿Por
qué no?
Tratándose
de un ser omnipotente no ha de extrañar que pueda pensar estupideces. Lo puede
todo.
Ahora
sí. Si este universo en que nos tocó vivir fue creado por un tipo así…...
entonces estamos cagados!