reflexiones científicas
Verdades
Ocurrió en una
aldea británica que un vecino dijera de pronto haber encontrado una
nueva verdad. Una verdad desconocida hasta entonces , no sólo en la
aldea, sino en todo el resto del mundo. Por lo menos eso era lo que
afirmaba el vecino, a quién no se le consideraba mentiroso, ni
medio-loco o cosa parecida, aunque sí bastante aficionado a hablar
de cosas incomprensibles.
Le creyeron. Aún
sin comprenderlo le creyeron. Era tal el brillo certero de aquellos
ojos que le creyeron. Aún sin comprender pero al mismo tiempo
contentos de enterarse de que existían verdades clasificadas y
numeradas en alguna biblioteca o museo del algún país poderoso-
Quisieron saber más y algunos, de entre los menos convencidos,
largaron pronto la pregunta… Es decir le preguntaron al vecino.
–¿Cuáles son
esas verdades y cuál es la que usted ha descubierto?
La respuesta fue
contundente:
--Esa pregunta no
puede ser respondida.
Todos quedaron
atónitos menos el presbítero Smith quién sin parpadear ni dejar
de mirar al horizonte lejano, susurró -”Así que te desdices de
haber encontrado una nueva verdad…?
--No me
malinterprete—objetó el vecino—digo que es imposible porque el
número de las verdades tiende a ser infinito, no las podría
enumerar ni en todo el tiempo del Universo. Pero más grave que eso.
Debo explicarles que la verdad que yo he inventado o descubierto no
es una verdad de esas comunes tipo “lo mayor es más grande que lo
menor” o “la madre siempre es mayor que el hijo” Mi verdad es
una verdad de segundo orden, Es decir una verdad sobre la relación
que mantienen casi todas las verdades entre sí.
Un adolescente de
voz destemplada gritó en son de burla:
--Y para qué puede
servir una cosa así…?
El hombre parpadeó
visiblemente molesto
--Pero si es
evidente! Para predecir y encontrar nuevas verdades a partir de
aplicarle mis ecuaciones a otras verdades conocidas.
La gente que seguía
rodeando al vecino en la plaza comenzó a reír de forma creciente,
contagiosa, pero con simpatía! Rodearon y abrazaron efusivamente al
vecino de la verdad, y le animaron, entre carcajada y carcajada, a
proseguir en su búsqueda
Querido lector
Esta página, querido lector, que usted
está leyendo en este momento, por ejemplo, es mía. Yo la escribí,
pero cuando yo la escribí era completamente distinta. Decía cosas
distintas y...Como quien dice.
Antes, por ejemplo, yo en ellas
celebraba la boda de unos amigos y nada más. Si acaso le colgaba una
foto de los novios saliendo del juzgado. Pero nada de reclamar por
supuestos cambios en esta página!
Ayer también, prendo la computadora y
me salta la ventana esa de que el programa me ofrece si quiero salvar
un archivo que quedó sin salvar... ¿De quién, de cuál archivo me
estás hablando piba? No contesta solo titila ese led para que me
avive, es un texto de Open Office, ¿qué será...?
Y qué iba a ser sino una copia exacta
de esta página que estoy escribiendo con tal exactitud y sincronía
que aun no ha cerrado esta oración y que lo va cerrar justo en el
momento en que yo presione este.
¡Es raro...!
Tenés razón
--Vió que parece que la rotación es relativa también?
--¿Cuál rotación.-..?
--Todas... Y que ya lo había dicho Einstein...
--¿Einstein había dicho que las rotaciones eran todas relativas?
--Eso.
--¿Relativas a qué, por ejemplo...?
--Relativas a algo que se toma como que no rota...
--Y claro! De qué otra manera podría ser...?
--Que fuera absoluta... Que si una cosa gira, gira no más, para todo el mundo...
--Ah bueno, pero si dos cosas giran juntas, cada una va a ver que la otra está quieta. Para ellas es el mundo el que gira alrededor
--Tenés razón... Cuando tenés razón tenés razón!
Otra Lógica
Ahora bien, si todo lo que vemos y sentimos son un mero conjunto de datos que nuestra mente interpreta como imágenes y otras sensaciones, entonces la clave está allí. Si cambiáramos la manera de interpretar los datos el Universo se nos presentaría de otra manera, tal vez increíblemente distinto. Entonces vayamos a la raíz de nuestro pensamiento: Los Princios Lógicos.
Creo que eran cuatro. Identidad, Contradicción, Tercero excluido y Razón Suficiente.
Identidad: A=A (no hay con qué darle)
Contradicción: Si A=B entonces no esposible que A sea noigual a B
Tercero exluido: A=B o A noesigual a B no hay otra posibilidad (no es medio parecido al anterior?)
Razón Suficiente es el que dice que no afirmes nada hasta que no estés razonabñemenmte convencido.(que suena más bien como un consejo).
El cuarto prefiero dejarlo de lado, pero los tres primeros parecen intocables... ¡Claro! mi mente es incapáz de pensar algo que los contradiga... mejor dicho creer en algo que los contradiga. Son el esqueleto de todos nuestros pensamientos y aun de todas nuestras percepciones. Percibimos de acuerdo a lo que creemos.
Pero pensar en una cosa dfistinta sí podemos. Podemos imaginar un conjunto de principios diferente aunque tan básicos con esos... y después ver lo que pasa...
Sería como un nuevo Sistema Operativo que tal vez pudieramos correr en una computadora ja ja!
una cínica conversación
me han llamado cínico más de una vez por decir cosas sinceras sin cuidar las reglas de la sacrosanta hipocrecía...
supongo que lo dirían dándole a la palabra el significado corriente, el de entrecasa, no el suyo original, es decir, que me han incluido en esa subespecie de malas personas que a veces dicen lo que piensan
en cambio me asumo cínico en el sentido clásico, en el sentido griego
pero no como seguidor de una escuela
sino por estar en contra de todas
por tratar de separar la mentira de la verdad
el truculento show de las pocas verdades...
así me esta yendo¡
¿O los habría cerrado?
Entre el momento que me comencé a despertar y el momento en que ya estaba despierto apenas habría pasado una nada de tiempo, un periquete, un flash, algo tan corto que no daría ni para comenzar a pensar en imaginarme algo. Ya estaba ahí, delante de mis ojos, aquella especie de imagen humanoide de roca antígua tallada de indescifrables jeroglíficos. De la estatua comenzó a salir una voz, creo. O algo, al menos, me hizo creer que aquello que sentía era una voz y que salía de la estatua, que decía...
Dijo la voz:
Al principio estaba "el verdadero", después "el verdadero " inventó el tiempo. El tiempo era todo igual al principìo y "el verdadero" era el mismo de punta a punta del tiempo. No alcanzaba. El tiempo debería ser llenado y distinguido por un buen número de "sucesos". Los sucesos iban a ser inevitables una vez que inventara "las personas" y "los personajes". Las personas necesariamente desconoceran la naturaleza del juego en que se encuentran concientemente incluidos. Buscarán esa respuesta por todos los medios como resabio de su olvidada naturaleza divina.
Y agregó la voz de la estatua a continuación (denotando un tono cansado):
Tanto buscan las personas entender las ingeniosas reglas del juego al que han tenido que jugar forsadamente que por último descubren el secreto y vuelven a la unidad. Vuelven a reconocerse como dioses. ¡Otra vez...! No sería acaso más divertido partirse en trillones de pequeños seres que no sepan la verdad?
Ya había abierto por completo los ojos... ¿O los habría cerrado?
Ser agnóstico
Ser agnóstico no es lo mismo que ser ateo. El ateísmo es una religión que en vez de creer en uno o varios dioses, cree en ninguno. Pero lo cree con convicción fanática. ¿Cómo uno puede dar por probada la inexistencia de algo? Podemos decir que no hay caramelos en un frasco. Pero cómo afirmar la inexistencia de un ente inmaterial, invisible?
Ser agnóstico es no poder concebir la nada pero tampoco el infinito.
Hasta la ciencia se ha encontrado conque el vacío está lleno y que de la nada salen cosas!
Ser agnóstico es esperar a tener más información antes de afirmar nada.
Todas las iglesias surgen de la angustia de no comprender, pero con el apuro sólo logran afirmar un montón de imaginaciones retorcidas dominadas por el terror.
Ser agnóstico es tener la esperanza de dejar de serlo, pero sin engaños ni temores.
De todas maneras ya nos enteraremos de la verdad... O tal vez no...